sábado, 26 de octubre de 2013

'I never had the nerve to make the final cut'

Amayisima,

Aquel octubre del 2012, tembló el mundo.
El mundo tembló de miedo, y de esperanza a la vez. El mundo tembló del susto, y con cierto alivio a ratos, porque de alguna manera, tú siempre has sido tormenta para ti y calma para el mundo.
Aquel otoño, nuestro mundo en concreto se volvió gris oscuro, y tú de colores. Y los quince años que habíamos recorrido juntas, se quedaban en sepia, remarcando la nostalgia, y yo... Y yo en blanco. Pero como tú y yo bien sabemos, y tal como nos muestra Pink Floyd en sus portadas inmortales (y vale, el señor Newton anteriormente), no se necesita más que un prisma triangular para descomponer la luz blanca en colores.Y así hicimos, no solo con la luz que formábamos las dos juntas, sino con toda la que llegó desde cada persona que estuvo contigo, la que producíamos todos los que te queremos, juntos.
Y juntos hemos vivido este año tan intenso. Juntos hemos luchado, juntos hemos reído, hemos hecho planes que jamás habríamos imaginado que llegaríamos a hacer en la vida. Algunos te hemos visto llorar, y hemos pasado incontables noches en vela, abrumados por lo injusto de tu sufrimiento en silencio, dominados por el miedo de no poder volver a verte sonreír.
Y si los sueños se cumplen (y eso es algo que tú nos has enseñado), este otoño nos ha demostrado que los miedos, también.

Inevitablemente.

Y aquel octubre del 2013, cayó el mundo.
El mundo cayó por el peso del vacío, por el dolor de cada golpe acumulado. El mundo cayó porque ya no pudo tocarte, nunca más. Y en un día, se cambiaron los papeles. El mundo se quedará con la tormenta esta vez, y tú con la calma. 
Y yo me quedaré a oscuras con el prisma en una mano, y en la otra las últimas palabras que me dijiste. Pero cada vez que las recuerde, y con ellas todo lo que me has dado estos dieciséis años, volverá la luz de tu lucha para que la descomponga en mil colores. Porque la luz de tu lucha siempre volverá para que nos unamos a ella, es inmortal.
Y porque, para qué poetizar y andarse por las ramas, te quiero como a nadie y punto.
Por eso, Amaia, te prometo que jamás serás olvidada. Te prometo que sembraré tu recuerdo en cada terreno que pise, y lo regaré cada día, para que no muera nunca. Pero prométeme tú dos cosas también. La primera, que se irá esta soledad, y la segunda, encontrarte en mis sueños cada noche.
Eternamente joven,


jueves, 19 de septiembre de 2013

Julio.

Ocho y cuarto de la mañana, lunes. Yo solía escribir, me digo a mí misma, mientras pongo en marcha la cafetera. Me recojo el pelo, me lavo la cara con agua fría en un vano intento de despertar. Solía trasnochar. Me detengo frente al espejo, y por primera vez en mucho tiempo, me miro, me miro de verdad. Yo solía llorar por lo que me dolía. 
Es una misión suicida, lo sé. Esto de fingir (y llegar a creer) que en realidad no importa, que tal vez más tarde irá mejor. "Inténtelo más tarde". Sí, más tarde, puede que mañana... Parece un día normal, pero hay un error de servidor, algo falta. Alguien, tal vez... Hoy, un inmenso abismo separa lo que es y lo que debería ser. Lo que merezco y lo que tengo. El café está listo. Abandono el espejo para observar el estampado celeste de la taza mientras se me enfría. A veces pienso que si me doliese, si me doliese el pasado y no el futuro, como antes, quizá podría sentir que realmente estoy viva.

domingo, 30 de septiembre de 2012


Quiero serlo, ¡y lo soy!

     
                   Quieres quererme, pues siempre me has querido... 

sábado, 29 de septiembre de 2012

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                          Soy... lo que jamás veré desde lo que soy.

Lost


Esta vida... qué pícara ella, ¡no me quiere endeudada! Para que me quisiera, al instante y en efectivo, perdí el norte por encontrarte a ti. Son precios razonables, si lo miras desde mis entrañas. Ahora la vida me cuida, pero yo, que ya apenas lo necesito, la doy por cuidarte a ti.

domingo, 12 de agosto de 2012

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De carácter soñador, tez pálida y rasgos de bondad. De los que recobran vida cada noche para pagar sus deudas con la luna. Caminante de demencias que obran al hombre cuerdo. Responsable de los males de corazón, delincuente que predica el deseo. Tú que has vivido tanto en tan poco tiempo. Tú que custodias las primeras oportunidades en el baúl del olvido, tú que entiendes que hay cosas que es mejor no evocar. No preguntes por qué acaba cada día. Dímelo tú.

People

Tan extraordinariamente vieja como para recordar el tacto de la madera de aquella carabela, y la textura de sus velas. Tan vieja que aún huele la pólvora del 3 de mayo, y siente las balas de Vietnam. Aún percibe el terror en los vagones destinados a los campos de concentración, y la nostalgia de las personas que no pudieron volver nunca a aquella ciudad fantasma. También ve la alegría de los buenos momentos, como cuando la gente repara sus errores, o las masas deciden vivir de verdad durante tres días de paz y música, como en el 69. Sí, también oye música. Oye los gritos de las fanáticas en un concierto de los Beatles, y las palabras de los discursos que se pronunciaron antes de morir. Ve cosas hermosas. Ve todo París desde lo alto de la recién construida torre Eiffel, y después observa a una pareja que hace lo mismo. Ve a la humanidad moviéndose en masa y en cadena, ve cómo entre todos se turnan los problemas y las soluciones, ve cómo cambian las generaciones y las formas de entender la vida, pero a su vez las sonrisas y las lágrimas siempre significan lo mismo. Por último, pasea entre sus recuerdos de mayo del 68, y al volver a la actualidad, se da cuenta de que hay gente que nunca será capaz de ver como ella.